22 septiembre 2008

Monumento a Juan Pablo II

El monumento a Juan Pablo II se situará junto a la Catedral, en el ángulo suroeste , justo delante del magnolio del Alfolí, donde estuvo la estatua de Martínez Montañés,obra del profesor y escultor Juan Manuel Miñarro. Este monumento en bronce, que ha materializado la Plataforma pro monumento a Juan Pablo II, se sufragará por suscripción popular. Se pretende que se inaugure el 5 de noviembre, día en que se cumplen 25 años de la primera visita del Papa a Sevilla y de la beatificación de Sor Ángela de la Cruz; si no, se inauguraría para la beatificación de Juan Pablo II.Aunque su emplazamiento tiene que ser aprobado, Francisco Valderrama, representante de los promotores, dijo que tanto la Plataforma como el cardenal consideraban que su sitio «es ese y no otro».El monumento, representará al Papa vestido de pontifical con la casulla que llevó en la beatificación de Sor Ángela. Tendrá una altura de 2,25 metros. El basamento, de 1,80, será de de piedra caliza procedente de la cantera de Cabra. Miñarro señaló que el Papa llevará en una mano el báculo apostólico y la otra tendrá actitud oferente, de entrega. Señaló que este monumento, «algo íntimo y cercano parecido al de Sor Ángela de Antonio Gavira, tiene que ser un referente devocional en Sevilla».Sobre su ubicación, Miñarro dijo que el monumento es compatible con el magnolio y comentó que el árbol está provocando importantes daños a la estructura de la piedra en la Catedral, y que parte del muro está enmohecido por su culpa.
Yo diría, con todos mis respetos, que no creo que sea muy razonable mandar a talar el magnolio del Alfolí para levantar un monumento. A quien sea y al que sea. Lo diga quien lo diga. Y lo haya hecho quien lo haya hecho. Y ese magnolio, como en su día lo fue el maravilloso ficus de Hacienda que tan mal final tuvo, tiene ganado su sitio y su emplazamiento en el patrimonio sentimental de la ciudad. Ni el magnolio es el enemigo de la estatua ni el propio espíritu del papa polaco aconseja una solución tan exigente como la que se apunta.
Por todo esto pido que se condene a la citada plataforma a no hacer leña de un árbol que, desde aquí, me niego a contemplar caído.
Debemos ser nosotros los primeros en defender su emplazamiento, cuidado, sanidad y verticalidad. Entendemos que ese árbol es un símbolo de la ciudad tan necesitada, en esa nueva avenida de verde y sombras. Ese árbol, es para Sevilla intocable. Tanto como la estatua que con todo amor y respeto a la memoria del Papa se le quiere levantar. La cuestión es: ¿por qué hacerlos incompatibles? ¿Qué ganamos en echarlos a pelear cuando ambos pueden complementarse tan bien como en su día formaron un único conjunto el magnolio y el monumento a Martínez Montañés?
Es cierto que el proyecto presentado alcanza los cuatro metros. Unas dimensiones colosales para un hombre extraordinario. Pero entre esas dimensiones y otras más ligeras cabe todo un mundo de posibilidades. A las que, evidentemente, habrá que atenerse para que Sevilla no pierda su magnolio ni sea desleal con un Papa que marcó con su visita el espíritu romano de esta ciudad. ¿Puede rebajarse el pedestal? Claro que si. Y no se resentiría el monumento. Aquel Papa en Sevilla siempre estuvo a ras de tierra, no solo besándola cuando llegó. Sino bajando de su poderoso pedestal para acercarse a los sevillanos de a pié. Y así podemos verlo en Sevilla, en esa estatua que nos lo acerque aún más.

07 agosto 2008

La voz a ti debida, versos 388 a 424







Estos versos de Pedro Salinas, adscrito a la generacion del 27, me encantan y emocionan cada vez que los leo,por eso quiero compartirlos con todos aunque a buen seguro los conocereis.
Forman parte de la Voz a ti Debida ( 1934), que es parte a su vez de la trilogía, Razón de Amor ( 1936) y Largo Lamento (1938)
En 1918 Pedro gana una cátedra en la Universidad de Sevilla,(donde tuvo como alumno a Luis Cernuda.). Aunque no sevillano de nacimiento, se declaraba apasionado voluntario de la ciudad.


Yo no necesito tiempo
para saber cómo eres:

conocerse es el relámpago
.
¿Quién te va a ti a conocer
en lo que callas, o en esas
palabras con que lo callas?
El que te busque en la vida
que estás viviendo, no sabe
mas que alusiones de ti,
pretextos donde te escondes.
Ir siguiéndote hacia atrás
en lo que tú has hecho, antes,
sumar acción con sonrisa,
años con nombres,
será ir perdiéndote. Yo no.
Te conocí en la tormenta.
Te conocí, repentina,
en ese desgarramiento
brutal de tiniebla y luz,
donde se revela el fondo
que escapa al día y la noche.
Te vi, me has visto, y ahora,
desnuda ya del equívoco,
de la historia, del pasado,
tú, amazona en la centella,
palpitante de recién
llegada sin esperarte,
eres tan antigua mía,
te conozco tan de tiempo,
que en tu amor cierro los ojos,
y camino sin errar,
a ciegas, sin pedir nada
a esa luz lenta y segura
con que se conocen letras
y formas y se echan cuentas
y se cree que se ve
quién eres tú, mi invisible.

Pedro Salinas


12 junio 2008

La estatua perdida

Ese mismo escultor, que acaba de inaugurar la estatua acuestre de Doña María de las Mercedes de Borbón y Orleáns- madre del rey- vestida de amazona y montada a caballo,hace la de Luis Cernuda.
Se la encarga el comisario de Sevilla para la Exposición Universal de 1992, el Duque de Alba. Lugar de emplazamiento: Plaza de Molviedro, Sevilla. Y como aclaración, denominada asi por el Arquitecto Manuel Prudencio de Molviedro que llevó a cabo en el siglo XVIII la remodelación del Compás de la Laguna,la antigua mancebía.
Una se pasma al ir y venir un montón de veces a la Plaza y no ver la escultura.
Cojo el libro de José María de Mena Sevilla "Estatuas y jardines"por si me aclara algo.... y allí aparece una foto de dicha obra al parecer financiada por la Fundación García Cernuda y por el Monte Caja de Huelva y Sevilla (hoy Cajasol) se nos dice que el emplazamiento es la plaza del Molviedro asomado a un balcón :S
Me voy corriendo a la plaza por si acaban de ponerla y tras dar mas vueltas que un burro de noria, ni aparece la escultura de Cernuda, ni la del duque de Alba ni el balcón, allí no aparece nadie.
Por aquello de que en uno de los balcones de la plaza se supone debería estar la estatua asomada y por que casi todos los edificios pertenecen a la fundación el Monte, pregunte en dicha fundación y me informan de que allí no hay, ni ha habido estatua alguna, que saben que existe, y que es de cuerpo entero y que suponen estará en el estudio del escultor-autor,Miguel García Delgado.
Pasado de largo el año de Cernuda,lo único que Sevilla le tiene dedicado al escultor es un
triste azulejo en su casa natal - menos da una piedra-, y una plaza- según me entere el otro día-(gracias Inma!) ¡Menos mal que el gran Magnolio sigue en pie! No sé muy bien por cuanto tiempo, eso dependera de los caprichos de nuestro actual alcalde arboricida :S.
Pero, ¿por qué no se coloca un monumento como Dios manda a Cernuda ya que por lo visto está hecho, y de camino también el monumento al Duque de Alba, en la plaza de Molviedro cuyo único monumento existente es una solitaria columna sin el remate de su cruz?
Pero ahora que lo pienso bien ¿en nuestra Muy Indolente, Muy Apática y Muy Farisaica ciudad de Sevilla realmente le importa a alguien que Cernuda o el Duque de Alba tenga un monumento en la plaza de Molviedro o en cualquier otro sitio olvidado de nuestra ciudad ?.-

03 mayo 2008

Gracias Luis Cernuda

EL TIEMPO (OCNOS)
Llega un momento en la vida cuando el tiempo nos alcanza. (No sé si expreso esto bien.) Quiero decir que a partir de tal edad nos vemos sujetos al tiempo y obligados a contar con él, como si alguna colérica visión con espada centelleante no arrojara del paraiso primero, donde todo hombre una vez ha vivido libre del aguijón de la muerte.¡Años de niñez en que el tiempo no existe! Un día unas horas son entonces cifra de la eternidad. ¿Cuantos siglos caben en las horas de un niño?Recuerdo aquel rincón del patio en la casa natal, yo a solas y sentado en el primer peldaño de la escalera de mármol. La vela estaba echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra, y sobre la lona, por donde se filtraba tamizada la luz del mediodía, una estrella destacaba sus seis puntas de paño rojo. Subían hasta los balcones abiertos, por el hueco del patio, las hojas anchas de las latanias, de un verde oscuro y brillante, y abajo, en torno de la fuente, estaban agrupadas las matas floridas de adelfas y azaleas. Sonaba el agua al caer con un ritmo igual, adormecedor, y allá en el fondo del agua unos peces escarlata nadaban con inquieto movimiento, centelleando sus escamas en un relálampago de oro.Disuelta en el ambiente había una languidez que lentamente iba invadiendo mi cuerpo.Allí, en el absoluto silencio estival, subrayado por el rumor del agua, los ojos, abierto a una clara penumbra que realzaba la vida misteriosa de las cosa, he visto como las horas quedaban inmóviles, suspensas en el aire, tal la nube que oculta un dios, puras y aéreas, sin pasar.

02 mayo 2008

Magnolio (Luis Cernuda)

EL MAGNOLIO
Se entraba a la calle por un arco. Era estrecha, tanto que quien iba por en medio de ella, al extender a los lados sus brazos, podía tocar ambos muros. Luego, tras una cancela, iba sesgada a perderse en el dédalo de otras callejas y plazoletas que componían aquel barrio antiguo. Al fondo de la calle sólo había una puertecilla siempre cerrada, y parecía como si la única salida fuera por encima de las casas, hacia el cielo de un ardiente azul. En un recodo de la calle estaba el balcón, al que se podía trepar, sin esfuerzo casi, desde el suelo; y al lado suyo, sobre las tapias del jardín, brotaba cubriéndolo todo con sus ramas el inmenso magnolio. Entre las hojas brillantes y agudas se posaban en primavera, con ese sutil misterio de lo virgen, los copos nevados de sus flores. Aquel magnolio fue siempre para mí algo más que una hermosa realidad: en él se cifraba la imagen de la vida. Aunque a veces la deseara de otro modo, más libre, más en la corriente de los seres y de las cosas, yo sabía que era precisamente aquel apartado vivir del árbol, aquel florecer sin testigos, quienes daban a la hermosura tan alta calidad. Su propio ardor lo consumía, y brotaba en la soledad unas puras flores, como sacrificio inaceptado ante el altar de un dios.

01 mayo 2008

El Magnolio de Luis Cernuda



El proyecto era poner un Luis Cernuda escultórico asomado a un balcón de la plaza de Molviedro.
¿Y le parecen adecuados los emplazamientos que se barajan, como la plaza de Molviedro?
Me parecen bien todos, aunque creo que Luis Cernuda ya tiene un monumento en Sevilla.
¿Un monumento ya?
Sí, es un Magnolio. El Magnolio monumental que hay en la esquina de la Catedral, frente a Correos, es el mejor monumento que Sevilla puede dedicar a Luis Cernuda. Cada vez que paso por allí me acuerdo del "Atardecer en la Catedral".
¿Y por qué un Magnolio?
¿no ha leído usted "Ocnos"? ¿no ha leído "La realidad y el deseo"?
Pues cuando les esos libros encontrarás el significado simbólico del Magnolio para Luis Cernuda. Luis Cernuda evocaba siempre a Sevilla a la sombra de un Magnolio en flor...
Los que han leído a Cernuda en Sevilla caben en un microbús. Mientras no se remedie el desconocimiento de su obra, un centenario (Sevilla, 21 de septiembre de 1902- Mexico D.F.,5 de noviembre 1963) no servirá más que para la saturación de los tópicos: que si la Sevilla eterna le hizo la vida imposible, que si no le perdonaron su libre opción sexual... Cierto que Cernuda se fue de Sevilla. Pero si estuviera ahora aquí, en viendo a los cernudianos de ocasión, se volvería a ir. Mucho me temo que el centenario servirá para que muchos se hagan la foto al lado de Cernuda, pero no para conocer de verdad su obra, más sevillana que las yemas de San Leandro, que las tiendecitas de los plateros de la Plaza del Pan. Dadas las coordenadas del adocenado panorama cultural, la única solución que veo es que Joan Manuel Serrat grabe un disco, poniendo música a poemas de Cernuda. A Antonio Machado por lo menos lo conocen a través de Serrat.